Molino Rojo
50 años a las espaldas de la familia San Juan siendo referencia hostelera en la zona de Puente Colgante; y, de ellos, más de 30 a los mandos de la Brasería Molino Rojo, una de las parrillas pioneras en la ciudad. El Molino Rojo forma parte de ese privilegiado bastión de establecimientos añejos que han superado crisis, pandemias, generaciones y cambios en tendencias y nuevos consumos. Ahí sigue imperturbable como Fonda en ´Hasta que llegó su hora´, fiel a su espíritu y esencia.
Molino Rojo sigue manteniendo la misma oferta y similares resultados en cocina. La parrilla, con resultados irregulares, es su seña de identidad: pincho de lechazo, chuletas, secreto o conejo a la brasa. Pero donde este restaurante despliega sus mejores armas es en las cazuelas y pucheros: las patatas a la importancia, las puntillas de chipirón encebolladas, los callos o los níscalos guisados en temporada. Para abrir boca, acompañan con firmeza los fritos: las gambas gabardina a la cabeza y escoltando los torreznos, los boquerones, la morcilla o las croquetas. Postres y una carta de vinos tímida y conservadora cierran el apartado de su cocina tradicional, solvente y reconfortante.
En sus múltiples zonas (terraza, barra, mesas de barra y dos comedores), en las que se respira ese aire recio, sobrio y castellano, oficia un equipo veterano, bregado, diligente y amable que cumple a la perfección con su cometido. Madera, azulejo y manteles de cuadros visten este establecimiento con solera y tradición.
Más información
Precio medio: entre 20- 40 euros (bebidas aparte)
Cierre: miércoles.
Dirección: c/ Gabilondo, 15.
Teléfono: 983231946.